viernes, 8 de julio de 2011

La mochila. Una entrada que no interesará ni a Perry Mason.

Esta entrada es una mierda, muy aburrida. Lo único salvable es la caricatura del final, a la que les remito al más puro estilo Rayuela si así lo prefieren: sigan por "La otra opción..".
O bien aguanten el tochazo previo, allá ustedes.

¿Cómo se hace una mochila para un viaje tan largo? Es sencillo. Como si fueras a irte sólo una semana pero teniendo en cuenta la necesidad de invertir en tu descanso físico y mental, para que el viaje no te desgaste en exceso. A la vuelta de mi viaje, cuando lea esto seguramente me reiré y pensaré en lo inexperta que era. Podré volver a escribir algo así pero quitando y añadiendo cosas...vamos, que me reiré. Entonces podré escribir algo que pueda ser de provecho para otras personas.

Lo primero: el bienestar. Es preciso llevar el menor peso y el menor volumen posibles, básico, puesto que viajas con la mochila a cuestas, en cada ruta, en cada trecho, ya que es un camino que solo va hacia delante, sin campamento base, o al menos sin él por un tiempo prolongado. Pero saca la balanza: no hay que sacrificar en comodidad en el descanso ni en salud.

- Mochila: ajustable, transpirable, ligera, con impermeable incorporado.De 40 ó 50 litros. Entre 80 y 100 euros. Las dos mochilas que tengo, ninguna me vale para viajar tanto tiempo. Para un viaje de un mes de no parar de caminar con ella encima, ya hay que hacer una buena inversión en mochila. O de una semana, si me apuras. Inversión al canto.

- Saco de dormir de buena calidad y que pese y ocupe poco. Ya tenía uno así. Llega hasta 5ºC y pesa 600 g.

- Esterilla, la más cómoda que exista, que pese y ocupe poco. Las mejores son las de Therm-a-rest, unas irlandesas verdes, no podían ser de otro color. La estándar pesa 900 g., más que una colchoneta normal, pero es autohinchable, mucho más comoda y mucho menos voluminosa. Eso sí, 65 euros.

- Mosquitera. Tenía una, pero me pillé otra tres veces más ligera y tres veces menos voluminosa. 400 g.
Vale 14 euros.

- Una toalla de microfibra.

- Mis ya añosas pero intactas e increíbles Merrell como zapato de cabecera (¡ja!). Unas cholas de calamares  de esas de plástico que se agarran al pie (ducha e inmersiones en rocas).

- Ropa: dos pantalones y dos camisetas. Tres bragas, tres pares de calcetines y dos sujetadores. El bikini. Chubasqueiro amarelo, polar y cortavientos.

- Neceser con las cuatro cosas básicas. Cepillo de dientes, hojilla, peine, cortaúñas, desodorante, jabón y copa de luna.

- Pequeño botiquín.

- Cosas varias: pasaporte, tarjeta, cartilla internacional de vacunaciones, título, CV, cámara sencilla que pese poco y que si me roben no me amargue, navaja, linterna, permetrina.

Esto es todo. Son un montón de cosas, pero menos me parece una puta mierda. Qué complicados somos.

La otra opción es dormir en la tierra, pasar frío, tener lumbalgia y contracturas, cansancio acumulado, doblarme un tobillo o desarrollar fascitis plantar, pillar la malaria o el dengue, sufrir rechazo social por ir desnuda, que me crezcan los pelos del sobaco hasta el infinito y empiece a oler a hurón, que los dientes se me caigan precozmente y al aliento huela a gnomo,  ir chorreando menstruación, que las uñas me crezcan a lo bestia y el pelo genere una mala imagen que haga que no me cojan en autostop, morir por shock anafiláctico o por diarrea, sufrir dolor, quedarme sin un puto duro, quedarme en una aduana por no poder demostrar que estoy vacunada contra la fiebre amarilla, comerme las cosas con cáscara, meterme ostias en la oscuridad...vamos, una auténtica desgracia.

Bendita y maldita cultura. He tratado de justificar por qué llevo cada una de las cosas que llevo. Lo único que no tiene justificación es la cámara de fotos. Aunque luego sacaré en total 40 muy escogidas fotos.

Venga, la próxima entrada será para desmitificar la malaria, esa gran temida. El problema no es la malaria, sino las condiciones sociosanitarias de la población que la sufre. Yo aprendí la verdadera lección en Benin, en la época de la pequeña sequía. No la aprendí sentada en la silla de mi occidental facultad de Medicina con suelo de mármol, por muy bonitas y necesarias que fueran las clases.

Buenas noches.

2 comentarios:

  1. Mucho cachivache... pero falta la cantimplora. Sin ese utensilio una mochila nunca está completa. Avisada estás.

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  2. No hay cantimplora. No figura por ahora entre mi lista de cosas.¡Ja!

    ¿Muchas cosas?¿Qué quitarías?

    Como mucho serán 6 kg, lo ideal teniendo en cuenta que peso 60 kg.

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