miércoles, 10 de noviembre de 2010

Una historia triste y vieja


Últimamente me ha visitado una tristeza muy específica, una que jamás pensé que me afectaría casi como propia.

Has crecido oyendo hablar de tus abuelos y de tus tíos abuelos que se fueron a Cuba y a Venezuela. Has sentido en cierto modo, y has visto mascarse en la memoria colectiva ese dolor, esa nostalgia y ese desarraigo. Te has emocionado con esas historias y esas aventuras, y las has hecho parte de ti. Quizá incluso alguna vez has escuchado la canción "La maleta" de Taller Canario e incluso puede que hayas llorado con ella. Es algo que se rompió en el corazoncito de tu pueblo, por siempre.

Y nunca pensé que, a escala, lo viviría en propia carne, con la gente de mi generación, pero pasan las décadas y pasan ya los siglos...y escucho lo siguiente de un enfermero canario amigo mío que está también trabajando en Madrid, justo depués de llegar de pasar un fin de semana en la tierra: "Tía, fue una depresión. Sólo en mi barrio había cinco tiendas cerradas. Me dio la impresión de que la ciudad estaba más muerta que nunca. Y tengo miedo de no poder volver, allí no hay trabajo para nadie. ¿Sabes? En Canarias hay un paro juvenil del 50%. O te mueves de allí o te pudres. Y me destroza la idea de no poder volver"

Nuestros abuelos se marcharon en barcos atuneros, a trabajar en la agricultura, en la construcción, algunos incluso a apoyar la revolución y a engrandecer el pensamiento de la clase obrera. Nosotros nos marchamos a trabajar en un montón de cosas, en muchos casos de lo que sea, nos marchamos en avión y por lo general mucho más cerca. Pero nos marchamos.
A mí también me destrozaría la idea de no poder volver cuando quiera hacerlo. Y eso que yo casi seguro que podré, porque soy una privilegiada, conclusión a la que llego después de pensar en aquellas personas que se mueven con su casa a cuestas, sin ningún apoyo, sin ningún amigo, sin hablar el idioma...esos migrantes valientes y que no tienen nada que perder.

¿Por qué tenemos que seguir escuchando estas historias?

Son cosas muy tristes, y yo sólo he podido percibir muy remotamente lo que tuvieron que sentir nuestros abuelos y lo que sienten todos los que parten cada día hacia el norte económico.

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